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¿Qué es la Educación Emocional?

Últimamente escuchamos mucho el término «Educación Emocional». Pero, ¿qué es exactamente? ¿A qué nos referimos cuando hablamos de EDUCACIÓN EMOCIONAL?

 

Evidentemente, cuando hablamos de este término, surgen miles de dudas acerca de su significado. Toda educación es emocional, en tanto en cuanto, las emociones están presentes en todos los instantes de nuestra vida. Nos movemos con ellas y a causa de ellas. Y con nuestros hijos, ocurre lo mismo: todo aquello que hacemos y decimos genera en ellos emociones concretas. La cuestión es que esto se haga de una forma saludable y adaptativa.
Para una definición más completa y técnica, os recomiendo leer la de Rafael Bisquerra.
Podemos decir que para una sana Educación Emocional la clave está en que los educadores (y me refiero a todos: madres, padres, abuel@s, maestros, monitores,…) posean una serie de recursos y habilidades para poder aplicarla. Esto se ve muy fácil con un ejemplo: si yo no sé leer y escribir, ¿cómo puedo enseñar a un niño a hacerlo? Entonces: si no me conozco bien, si no he desarrollado mi Inteligencia Emocional y no sé de dónde surgen las emociones que siento, o qué emociones son, ¿cómo puedo enseñar a un niño a gestionar, por ejemplo, una situación de enfado si yo mismo no sé hacerlo?
Esta es la base que considero primordial; creo que lo ideal es que el aprendizaje se haga desde emociones de agrado, y por supuesto, aprender también desde las de desagrado cuando surjan. La idea de que un niño aprende desde el miedo, el enfado, la rabia,… puede parecer efectiva porque desde un punto de vista cortoplacista, puede funcionar. Pero nosotros queremos educar para la vida, a largo plazo, ¿verdad?. Queremos sentar unas bases que permitan que nuestros hijos sean felices, tengan una sana autoestima y sepan enfrentarse a las situaciones desagradables de la vida saliendo fortalecidos. Y esto se consigue mucho mejor desde emociones de agrado.
Una vez hemos sentado lo que son las bases de una sana Educación Emocional, me gustaría hablaros de una de las herramientas más potentes que nos brinda el Autoconocimiento: nuestros TALENTOS.
Es fundamental que estemos en contacto con nuestros talentos naturales. Todo el mundo tiene unos talentos naturales. Tiene sentido pensar que para trabajar aquellas áreas de que deseamos mejorar necesitamos apoyarnos en nuestros «puntos fuertes» y nuestros talentos son de los más valiosos que tenemos. Pero, ¿sabes qué es un talento? Es una capacidad, física o psicológica que destaca sobre el resto de capacidades. Por ejemplo, ¿qué capacidades pone en juego una persona que dibuja muy bien? La creatividad, la imaginación, la memoria visual o la destreza manual. Algunas de ellas las tendrá en forma de talento y las pondrá en «juego» para realizar una actividad como es dibujar.

¿Qué crees que sucede cuando estás en contacto con tus talentos, cuando los reconoces, normalizas y desarrollas utilizándolos en tu día a día? Que tu visión de ti mismo se ve reforzada. Esto es fantástico para la Autoestima por eso es importante que nuestros hijos y/o alumnos estén en contacto con sus talentos naturales. Si deseas apoyarles en ese sentido asegúrate de conocer los tuyos, de este modo te resultará muy sencillo ver los de los demás.

¿Quieres aprender a gestionar tus talentos naturales?
Toma nota:
1️⃣ Identifícalos; para ello debes conocerte bien.
2️⃣ Desarróllalos al utilizarlos de forma consciente.
3️⃣ Ponlos al servicio de tus objetivos.
4️⃣ Detecta los frenos al talento cuando surjan.
Como dice el filósofo Francesc Torralba: «Excelencia es esfuerzo y humildad sobre un talento que te es dado»

¿Qué opinas? 😉