¿En qué consiste la terapia de pareja?

Tiempo de lectura: 5 minutos

Si te preguntas en qué consiste la terapia de pareja, debes saber que es una gran herramienta en el ámbito de la psicología y el desarrollo personal. En terapia, a través de sesiones de asesoramiento guiadas por un terapeuta especializado, las parejas pueden abordar conflictos, mejorar la comunicación y fortalecer su vínculo emocional.

La terapia de pareja es un proceso que requiere un alto grado de compromiso y apertura por parte de ambas partes, pero compensa, ya que os ayudará a solucionar los problemas que deterioran la relación. Esto puede conducir a una relación más saludable y satisfactoria a largo plazo.

¿La terapia de pareja funciona?

La terapia de pareja ha demostrado ser efectiva en numerosos casos, aunque los resultados pueden variar según la situación específica de cada pareja.

En general, aquellos que participan activamente y se comprometen con el proceso suelen experimentar mejoras significativas en su relación. Sin embargo, es importante tener expectativas realistas y comprender que la terapia requiere tiempo y esfuerzo para que los cambios se manifiesten plenamente. La terapia de pareja solo funciona si hay compromiso.

También es fundamental para que la terapia de pareja funcione encontrar a la persona y el enfoque terapéutico más acorde a vuestras características y preferencias. Si no lo encuentras a la primera no te desanimes, sigue buscando y probablemente encontraréis a la persona indicada para vosotros.

la terapia de pareja funciona

El especialista en terapia de pareja, ¿qué hace?

Los especialistas en terapia de pareja son profesionales capacitados en psicología y terapia familiar que trabajan con parejas para ayudarlas a superar sus desafíos.

Estos terapeutas utilizan una variedad de técnicas y enfoques, como la terapia cognitivo-conductual, el enfoque sistémico o herramientas de desarrollo personal como la inteligencia emocional para abordar los problemas de comunicación, conflictos y otros problemas que puedan surgir en la relación. Su objetivo es proporcionar un espacio seguro y de apoyo donde las parejas puedan explorar sus problemas y encontrar soluciones constructivas.

En las sesiones de terapia tendréis la oportunidad de profundizar y averiguar qué hay bajo los conflictos o problemas que afrontáis en la relación. De este modo será más sencillo conectar con los recursos necesarios para solucionar vuestros problemas.

La terapia online de pareja, ¿es buena opción?

Con el avance de la tecnología, la terapia de pareja online se ha vuelto cada vez más popular. A través de plataformas de videoconferencia seguras, las parejas pueden acceder a la terapia desde la comodidad de su hogar.

Si bien la terapia de pareja en línea puede ser una opción conveniente, es importante considerar factores como la calidad de la conexión y la privacidad antes de optar por este enfoque.

Sin embargo, para quienes tienen dificultades para acceder a terapeutas locales o tienen horarios ocupados, la terapia en línea puede ser una excelente alternativa.


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Terapia de pareja: ¿en qué consiste exactamente?

La terapia de pareja consiste en un proceso de acompañamiento emocional y psicológico centrado en abordar los desafíos y conflictos dentro de una relación sentimental.

Durante las sesiones de terapia, las parejas trabajan junto con un terapeuta especializado para explorar y comprender los problemas que enfrentan en su relación.

Este proceso implica:

  • Identificar patrones de comportamiento dañinos
  • Mejorar la comunicación
  • Desarrollar habilidades de resolución de conflictos
  • Fortalecer la conexión emocional entre los miembros de la pareja

El objetivo principal de la terapia de pareja es promover un cambio positivo en la dinámica de la relación y mejorar la calidad de la interacción entre ambos. A través de la terapia, las parejas pueden aprender a:

  • Comprender mejor las necesidades y preocupaciones del otro
  • Construir una base de confianza y respeto mutuo
  • Encontrar formas constructivas de superar los obstáculos
terapia online de pareja

¿Cómo son las sesiones de pareja en terapia?

Las sesiones de terapia de pareja pueden tener una duración de entre cuarenta y cinco minutos y una hora y media y se llevan a cabo de manera regular, generalmente una vez por semana.

Durante estas sesiones, las parejas tienen la oportunidad de discutir sus problemas y preocupaciones con la guía de un terapeuta. Se fomenta la comunicación abierta y honesta, y se pueden utilizar ejercicios y técnicas específicas para abordar los desafíos de la relación.

En ocasiones, el especialista puede recomendar sesiones individuales en paralelo al proceso conjunto para trabajar aspectos del individuo que es necesario abordar de forma independiente como problemas de autoestima, infancia, etc.

Terapia de pareja y enfoque sistémico

El enfoque sistémico en la terapia de pareja es un marco teórico utilizado en la terapia de pareja que se centra en las interacciones y los patrones de comportamiento dentro del sistema familiar.

Los terapeutas sistémicos consideran el contexto más amplio en el que se desarrollan los problemas de la pareja, incluidos factores socioculturales o familiares.

Por tanto, el enfoque sistémico puede ayudar a las parejas a comprender mejor las dinámicas subyacentes en su relación y encontrar formas de abordarlas de manera efectiva.

Conclusiones sobre la terapia de pareja

En conclusión, ahora que sabemos en qué consiste la terapia de pareja, podemos afirmar que es una herramienta muy valiosa para abordar los diferentes desafíos que enfrentan las relaciones.

Ya sea a través de sesiones de terapia de pareja online o presenciales, trabajar con un terapeuta especializado puede proporcionar el apoyo y las herramientas necesarias para construir una relación más saludable e inteligente emocionalmente.

Si estás experimentando dificultades en tu relación, considera buscar la ayuda de un profesional en terapia de pareja para obtener orientación, apoyo y recursos.

Y si quieres saber más sobre ti, puedes leer nuestro artículo Autoconocimiento personal: guía para avanzar

Además, recuerda que puedes acceder de forma gratuita a una de nuestras clases para trabajar tu inteligencia emocional y tener una vida más plena. Escríbenos sin miedo 🙂

¿Mejoramos juntos?

isabel torres inteligencia emocional

Síntomas de una autoestima baja

Tiempo de lectura: 9 minutos

La autoestima es uno de los principales recursos personales de los que disponemos los seres humanos. Podríamos decir que es algo así como un escudo de protección ante problemas, retos o dificultades. Por eso, si no sabemos sanarla, cuidarla ni protegerla, seremos muy vulnerables, y con esta falta de autoestima, se nos atragantará la vida.

Por este motivo, vamos a profundizar en cuáles son los principales síntomas de una baja autoestima para que aprendas a reconocerlos e intervenir sobre ellos.

Profundizar en tu propia autoestima también te ayudará a detectar la baja autoestima en los demás, esto tiene múltiples beneficios. Podrás a poyar a personas que te importan pero también aprenderás a defenderte mejor de quien pretenda dañar tu autoestima. Aprenderás a reaccionar mejor ante otras personas cuando puedas observar sus conductas y relacionarlas con su baja autoestima.

La autoestima baja, ¿qué es?

La autoestima está relacionada con la valía personal. Podemos decir que una persona tiene la autoestima sana cuando sabe que es valiosa de forma intrínseca. Esto parece sencillo pero en realidad no lo es.

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Imagina que vas por la calle y ves a dos bebés, cada uno en su carrito. ¿Cuál dirías que es más valioso de los dos? ¿podrías elegir? Seguro que no, ¿verdad? Y si te hago la misma pregunta respecto a dos personas de distinto género, edades distintas, raza distinta o diferente estatus seguro que me dirías lo mismo.

Eso es porque, en teoría y desde un prisma moral, no podemos decir que una persona valga más que otra. Su valor es intrínseco. Sin embargo, si tenemos baja autoestima, no lograremos verlo así respecto a nosotros mismos.

Cuando tenemos baja autoestima no sabemos lo valiosos que somos, por este motivo intentamos sentir esta valía a través del exterior de muy diversas formas: éxito, poder, influencia social, admiración, cariño, respeto, atención…incluso miedo.

El problema es que, por más que lo intentemos, no vamos a conseguir tener una autoestima sana a través de factores externos, ya que solo podemos sanarla desde el interior.

Causas de la autoestima baja

Nuestra percepción de valía personal o autoestima es estable, no cambia de un día para otro pero nuestro estado de ánimo puede hacer que nuestra visión de nosotros esté más distorsionada. Si un día recibes una crítica en el trabajo y te pasas la mañana sintiendo inseguridad la persona que te criticó no bajó tu autoestima pero te puso de manifiesto cómo de sana es.

La autoestima se forma durante la infancia y adolescencia pero no se mantendrá estable de por vida. Será más sana o bajará según reaccionemos a lo que nos sucede.

Las situaciones que vivimos o las conductas de los demás no dañarán nuestra autoestima si no lo permitimos. Recuerda, solo tú puedes sanarla y solo tú puedes protegerla.

Como hemos dicho, es en esta etapa de la infancia y la adolescencia, donde encontraremos las causas de la baja autoestima: el entorno, y principalmente la familia, influyen de forma determinante en la formación de la autoestima.

Existen tres necesidades que, si el entorno y la familia satisfacen adecuadamente, nos convertirán en adultos con autoestima sana.

  1. Necesidad de reconocimiento y valoración: De niños necesitamos sentir que se nos reconoce y respeta, que se nos presta atención, que somos valiosos. Es importante saber que nuestra familia cree en nosotros. De este modo nos convertiremos en personas adultas que sabrán reconocerse y valorarse por sí mismas. No dependeremos del reconocimiento externo para sentir que somos valiosas.
  2. Necesidad de seguridad: Es fundamental que nos sintamos seguros durante la infancia. No solo sabiendo que nuestras necesidades básicas van a ser cubiertas. También necesitamos coherencia en casa, límites claros, rutinas, estabilidad y una familia que no viva permanentemente desde el miedo. Si nuestros padres son negligentes o por el contrario nos educan desde la sobreprotección nos convertiremos en adultos que no confían en sí mismos.
  3. Necesidad de amor incondicional: En general, podríamos decir que los padres aman incondicionalmente a sus hijos pero eso no siempre nos queda claro cuando somos niños. Para aprender a amarnos incondicionalmente necesitamos tener la certeza de que se nos ama tal y como somos. Es importante que nuestros padres nos transmitan la idea de que su amor no está condicionado por nuestra conducta o resultados. Que aunque estén enfadados y nos reprendan el amor sigue ahí. Si recibimos este mensaje aprenderemos a querernos a pesar de nuestros defectos, no nos despreciaremos ni nos maltrataremos cuando cometamos un error o fracasemos.

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¿Por qué tengo autoestima baja?

Su pudieras ponerte nota en autoestima, del uno al diez, ¿te apruebas o te suspendes?

Antes de ponerte una nota definitiva es importante que sepas que hay dos tipos de baja autoestima: situacional y caracteriológica.

  • La baja autoestima situacional está relacionada con áreas específicas de tu vida: área académica, laboral, social, familiar, sentimental o física. Es decir, que puedo tener sana autoestima respecto a mi físico pero baja autoestima profesional. Puedo tener percepción de valía personal en mis relaciones de amistad pero baja autoestima en cuanto a mi vida sentimental.
  • La baja autoestima caracteriológica está relacionada con la identidad de la persona, por lo tanto es global y abarca todas las áreas de su vida. Es algo así como una sensación permanente de ser inadecuado, imperfecto, inferior. En ocasiones, desatender una baja autoestima situacional puede empezar a afectar a otras áreas y llegar a convertirse en caracteriológica.

Si te suspendes en autoestima, ya sea situacional o caracteriológica, y quieres averiguar las causas de tu falta de autoestima puedes revisar tu pasado. Puedes hacerte las siguientes preguntas:

¿Cómo definirías el lugar que ocupabas dentro de tu familia?, ¿tus padres eran exigentes?, ¿eran miedosos?, ¿te comparaban con otras personas?, ¿qué te hacía valioso/a a sus ojos?, ¿dirías que tus padres se querían y se respetaban a sí mismos? ¿te enseñaron a respetarte?, ¿tenías complejos?, ¿tuviste experiencias en el pasado que influyeron en tu visión de ti?

Revisa tu histórico vital, tus experiencias y la influencia de tu familia y entorno sobre ti. Eso te ayudará a comprender por qué hay áreas en tu vida donde tu autoestima está sana y otras en las que no.

Autoestima baja: consecuencias

Las consecuencias de una baja autoestima serán diferentes en cada caso. Por eso, conocer en profundidad cómo funciona la autoestima te servirá para obtener la “radiografía de tu propia autoestima”. Eso hará que puedas intervenirte con más precisión.

Sin embargo, en términos genéricos podemos destacar tres consecuencias de la baja autoestima:

  1. Distorsión: Las personas con baja autoestima ven el mundo (y a sí mismas) de forma distorsionada. Cometen distorsiones cognitivas que mantienen baja su autoestima. Personalizan, tienden a la pseudo responsabilidad, magnifican, hacen lectura de pensamiento, son más propensas al pensamiento polarizado, la rigidez o la exigencia. Además, suelen proyectarse hacia el futuro en negativo.
  2. Dependencia: Si nuestras tres necesidades (seguridad, reconocimiento y amor incondicional) no fueron satisfechas correctamente llegaremos a la edad adulta esperando que el entorno las cubra. Esto nos hará dependientes de los demás de diversas formas aunque nunca será suficiente. Por lo tanto, la autoestima no sanará.
  3. Culpa y vergüenza: Con baja autoestima no sabemos utilizar adecuadamente nuestras emociones. Por un lado, no nos vamos a permitir emociones como la alegría, el placer o la satisfacción. Por eso nos diremos cosas del tipo “no te confíes” o “prepárate para lo peor”. Por otro lado, utilizaremos como reguladores de la conducta emociones como la culpa y la vergüenza. Nos acompañarán permanentemente. Ya te puedes imaginar que, estados emocionales como la preocupación, el estrés, la ansiedad y la angustia estarán garantizados.

Baja autoestima y ansiedad

La ansiedad es un estado emocional donde se combinan de forma disfuncional dos elementos: miedos e imaginación. Por eso tiene sentido pensar que muchos de nuestros problemas de baja autoestima y ansiedad estarán relacionados.

Si nuestra necesidad de seguridad no fue cubierta de forma satisfactoria durante el desarrollo es muy probable que en la edad adulta no confiemos en nuestra capacidad para liderar adecuadamente nuestra vida. Disminuirá significativamente nuestro poder personal. Nos costará tomar decisiones y asumir las consecuencias, gestionar la incertidumbre o afrontar nuevos retos. El miedo al futuro gobernará nuestra vida.

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Baja autoestima: síntomas habituales

Las personas con baja autoestima pueden presentar conductas muy diversas. Por ejemplo, en una relación de pareja con un paradigma de dominio/sumisión es muy probable que ambas personas tengan baja autoestima. Sin embargo en una de ellas puede aparecer la necesidad de dominar para tener el control y en la otra la dependencia por falta de seguridad, lo que puede convertirla en una persona sumisa o complaciente.

Como te comentaba antes, necesitas conocer tu propia autoestima, quizá para lograrlo puede serte de utilidad esta lista con algunos de los síntomas de baja autoestima más habituales:

  • Autoconcepto distorsionado (gran distancia entre cómo se ven y cómo les percibe el entorno).
  • Minimización de emociones de agrado y magnificación de emociones de desagrado.
  • Hipersensibilidad a las críticas pero autocrítica rígida e inflexible.
  • Relaciones dependientes o con falta de responsabilidad afectiva.
  • Miedos irracionales, bloqueos, ansiedad, angustia.
  • Tendencia al sobre pensamiento.
  • Sensación de transparencia, vergüenza y culpa permanentes.
  • Confusión entre conducta y valía.
  • Pensamiento autorreferencial (personalización).

Soluciones para la baja autoestima

Si has llegado hasta aquí, es normal que te preguntes cómo subir tu autoestima. Como ya sabes, la autoestima no se forma de un día para otro, por lo que tampoco podrás repararla en cuestión de días. La buena noticia es que con determinación y perseverancia es posible sanarla a cualquier edad.

Para que los cambios sean permanentes hay que trabajarla a nivel profundo. Podríamos decir que, a nivel práctico, las soluciones para la baja autoestima son algo así como cambiar a fondo un conjunto de hábitos, tanto internos como externos.

Nuestro sistema nervioso tiene la capacidad de modificar su estado, cambiando rutas sinápticas y creando nuevas estructuras neuronales, por eso la autoestima se puede sanar. Ahora bien, ¿cómo?

En CreaEmoción trabajamos la autoestima desde estas cuatro áreas fundamentales:

  • Detectando y sustituyendo distorsiones cognitivas por pensamientos más objetivos.
  • Identificando y cambiando nuestras principales creencias irracionales.
  • Revisando y creando un proceso de autocrítica más saludable.
  • Recuperando nuestro poder personal detectando aquello ante lo que solemos cederlo.

Con el suficiente entrenamiento y perseverancia los primeros resultados serán visibles en poco tiempo.

Conclusiones sobre la baja autoestima

Como ya sabes, tener baja autoestima limita nuestra vida de muy diversas formas. Necesitamos el “escudo” de la sana autoestima para sentir que somos capaces de liderar nuestra vida y conducirla hacia la realización personal.

Si crees que es tu momento de empezar a sanarla, te felicito. Tu vida cambiará notablemente cuando lo logres. ¡A por ello!

Si quieres saber más sobre autoconocimiento, puedes leer nuestro artículo titulado Autoconocimiento personal: guía para avanzar

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¿Mejoramos juntos tu autoestima?

isabel torres inteligencia emocional

Dinámicas de empatía para adolescentes

Tiempo de lectura: 7 minutos

isabel torres inteligencia emocional

Como ya sabemos, la adolescencia es todo un reto. Tanto para quien la está viviendo como para las personas del entorno.

En un período fantástico para adquirir recursos nuevos, el cerebro se encuentra en un momento de especial interés. Podríamos decir que está “pegando el estirón” ya que experimenta un profundo proceso de reestructuración.

Se dan dos fenómenos muy particulares:

  • Por un lado la poda sináptica (comienzan a desaparecer las conexiones neuronales en desuso).
  • Por otro, el incremento del proceso de mielinización (aumento de la velocidad en las conexiones entre neuronas).

Por ello, podríamos decir que la adolescencia es una etapa fantástica para aprender e implementar nuevas habilidades.

Ya sabemos lo importante que es durante la adolescencia tener relaciones satisfactorias, sobre todo en el ámbito social (amigos y compañeros). La ausencia de habilidades para tener (y mantener) buenas relaciones suele ser una gran fuente de sufrimiento y puede afectar a su autoestima.

Por todo ello hoy vamos a profundizar en una herramienta fundamental para tener buenas relaciones en esta etapa, la empatía. Veremos qué es en realidad y cómo desarrollarla a través de sencillas, pero muy efectivas, dinámicas de empatía para adolescentes.

La empatía en adolescentes

Podríamos definir la empatía como “la capacidad para comprender emocional e intelectualmente a los demás aunque no seamos como ellos”.

Es fácil comprender a los demás por afinidad o simpatía. Es más complicado comprender cuando somos diferentes o sentimos distinto ante una misma situación.

Por eso, la empatía es una de las habilidades sociales más importantes que existen.

Gracias a ella, construimos relaciones más constructivas y gratificantes. Además, la comprensión a través de la empatía también nos ayudará a protegernos de personas que pueden causarnos algún tipo de daño.

actividades para trabajar la empatía en adolescentes

Como mencionábamos antes, para los adolescentes, su vida social y el buen manejo de sus relaciones con compañeros y amigos es fundamental y ayuda a construir una autoestima sana y confianza en sí mismos.

Un gran hándicap a la hora de desarrollar la empatía durante la adolescencia es tener un falso concepto sobre ella. Solemos pensar que la empatía sólo se puede utilizar para ayudar a los demás y esto no es así. Por supuesto existe el concepto de Compasión Empática.

Este tipo de empatía sí está exclusivamente orientada al apoyo a los demás. Es una capacidad fundamental y necesaria para el crecimiento social pero la empatía es mucho más que eso.

Existen otros dos tipos de empatía que serán fundamentales para el buen manejo de nuestras relaciones. La adolescencia es un momento fantástico para desarrollarlas y utilizarlas adecuadamente:

  • Empatía emocional: Es la capacidad de interpretar y comprender en profundidad el mundo emocional de la otra persona aunque nosotros no sentiríamos lo mismo en sus circunstancias. Las personas con una gran capacidad para conectar con las emociones ajenas son más proclives al “contagio emocional” por lo que es necesario desarrollar habilidades complementarias que nos permitan entrar en el mundo emocional del otro sin que éste nos desgaste emocionalmente a nosotros.
  • Empatía intelectual (o cognitiva): Es la capacidad entender la lógica personal de la otra persona. Cómo piensa, sus motivaciones, necesidades, creencias, decisiones, acciones, etc. Esta habilidad nos hace desarrollar una extraordinaria inteligencia social pero hay grandes barreras que suelen impedir que lo logremos, en otra ocasión profundizaremos sobre ellas.

El trabajar de forma consciente para desarrollar estos tres tipos de empatía: emocional, cognitiva y compasiva les hará grandes expertos en el manejo de todo tipo de relaciones.

Dinámicas de empatía, ¿cómo deben ser?

Si queremos que los adolescentes estén motivados para desarrollar la empatía es importante hacerlo de una forma atractiva. Por eso, las dinámicas de empatía deben tener las siguientes características:

  1. Divertidas: Si logramos que supongan un juego, un reto para ellos, que resulten interesantes y lo pasen bien estarán más motivados. Ya sabemos que las emociones de agrado son un alto agente motivacional. Tendemos a querer repetir todo aquello que nos causa algún tipo de bienestar.
  2. Vivenciales: La experiencia real nos ayuda a asimilar conocimientos y desarrollar habilidades. Mucho más que los enfoques teóricos. Por eso es interesante integrar en su día a día los conocimientos que deseemos transmitir.
  3. Prácticas: Un elemento que aumenta la motivación es encontrar el sentido práctico a lo aprendido. Si logramos dar un enfoque práctico a la actividad para que quede clara la forma de aplicarlo, la motivación aumentará considerablemente.
  4. Útiles: Cuanto antes las prueben y vean que funciona más motivados estarán para seguir desarrollando la empatía. Por eso es importante que las dinámicas conecten con sus problemas más comunes en el manejo de sus relaciones. Así podrán ver resultados de forma inmediata.

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Actividades para trabajar la empatía en adolescentes

Basándonos en nuestra experiencia con adolescentes, en CreaEmoción hemos analizado los principales problemas que suelen tener con el manejo de la empatía.

  • El desgaste emocional y psicológico por el mal uso de la empatía.
  • La dificultad para utilizar la empatía para la resolución de conflictos.
  • La falta de habilidad para conectar con los demás que contribuye al aislamiento y/o desmotivación social.

Desde esta perspectiva, hoy te proponemos dos actividades para trabajar la empatía que podrás utilizar con tus hijos y/o alumnos adolescentes para que aprendan a desarrollarla y utilizarla de la forma adecuada.

Dinámica 1 – El Chubasquero

Esta dinámica para adolescentes está pensada para aquellos que tienen predisposición a ayudar a los demás, pero no saben protegerse de sus propias emociones y tienden a hacerse cargo de sus problemas, lo cual les desgasta en exceso.

  • Busca una situación (real, siempre que sea posible) en la que el mejor amigo/a del adolescente tiene un problema y le pide ayuda.
  • Acompáñale a observar sus propios sentimientos al escuchar la historia de su amigo/a y con su necesidad de ayudar.
  • Muéstrale cómo hacer un buen uso de su empatía. Por un lado, evitando el contagio emocional y la pseudo responsabilidad. Por otro, a través del análisis y la reflexión en lugar de la necesidad de “salvar” a su amigo/a. Para ello puedes hacerle las siguientes preguntas: ¿Cómo puedes ayudarle a hacerse cargo de su problema? ¿qué necesitarías que sucediera para sentirte bien?, ¿de qué forma crees que tus propias emociones están impidiendo que le ayudes?
  • Después de la reflexión invítale a ponerse un simbólico “Chubasquero” de las emociones ajenas para que éstas no influyan negativamente a la hora de ayudar a los demás.

Dinámica 2 – Enemigos Empáticos

Esta dinámica está pensada para situaciones en las que los adolescentes no saben cómo utilizar la empatía ante los conflictos.

  • Pide al adolescente que recuerde el último conflicto que tuvo con alguien, si es de su misma edad mucho mejor.
  • A continuación invítale a que “se meta en el papel” de la otra persona, es decir, que intente ser ella, que piense como pensaría ella y sienta lo que sentiría ella.
    Esto puede hacerse en forma de Role Playing pidiendo al adolescente que represente los dos personajes (el mismo y a la persona con la que tuvo el conflicto). También podemos pedir a un compañero que haga del adolescente para que él pueda hacer el papel de “su enemigo”.
  • Después realiza junto a él un pequeña reflexión con las siguientes preguntas. ¿Cómo te has sentido siendo el/ella? ¿Para qué te ha servido representar su papel? ¿Cómo crees que entender en profundidad al otro puede servirte para abordar mejor la situación?
empatia adolescentes

Conclusiones sobre las dinámicas de empatía

En resumen, podríamos destacar que la empatía es una de las habilidades sociales más importantes a la hora de tener relaciones sanas y constructivas. La adolescencia es un momento de vital importancia en este sentido. El aprender a desarrollarla y hacer un buen uso de ella les convertirá en adultos con más recursos en el manejo de sus relaciones contribuyendo a su seguridad en sí mismos. 

Si quieres saber más sobre empatía e inteligencia emocional, puedes leer nuestro artículo en el que explicamos qué es la gestión emocional

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¿Mejoramos juntos tu empatía y la de tu familia?

isabel torres inteligencia emocional

Las barreras en la comunicación

Tiempo de lectura: 8 minutos

¿Te has sentido impotente alguna vez durante una conversación? ¿Quizá llegaste a un “diálogo de besugos” donde cada persona se obcecó en su punto de vista hasta perder toda lógica y coherencia? ¿Cómo te sientes después de una conversación en la que invertiste una gran cantidad de energía y que solo sirvió para empeorar aún más las cosas?

Lo habitual es que en este tipo de situaciones “echemos balones fuera” y tendamos a pensar que la culpa es de la otra persona. Pero hoy vamos a darle un enfoque más proactivo. Analizaremos algunas de las barreras en la comunicación más importantes para que aprendas a detectarlas y eliminarlas.

Piensa que, cuantas más habilidades adquieras interviniendo sobre ti, más probable será que, colateralmente, termines influyendo positivamente sobre tu interlocutor. ¡Vamos a ello!

Barreras comunicativas: definición

Podríamos definir las barreras en la comunicación como: diferentes elementos internos o externos que impiden la interacción eficiente entre dos personas.

Si hacemos un breve listado sobre las principales barreras comunicativas destacaríamos:

  • Factores ambientales.
  • La carga emocional.
  • Actitudes disfuncionales en la comunicación: obcecación, rigidez, distorsiones cognitivas, ataques personales, simplificación, etc.
  • Desconsideración hacia nuestro interlocutor.
  • Falta de empatía y/o asertividad.
  • La necesidad de que nuestro punto de vista sea el que prevalezca.

En otra ocasión nos centrarnos en este tipo de barreras que son más evidentes. Hoy lo haremos en algunas barreras comunicativas más sutiles pero que influyen de forma determinante impidiendo la comunicación eficaz.

Problemas en la comunicación

Antes de adentrarnos en los motivos por los que existen problemas en la comunicación conviene analizar con detenimiento la intención con la que iniciamos una conversación.

Es muy frecuente que haya una discrepancia entre la motivación externa y la interna (motivación más profunda y que a menudo nos ocultamos por considerarla ilegítima).

problemas de comunicacion en la pareja

Esta falta de coherencia es uno de los mayores frenos en la comunicación ya que tu interlocutor la percibirá.

Por ejemplo: imagina que quieres hablar con alguien sobre una pequeña discusión que tuvisteis el día anterior. Quizá tu motivación externa es comunicar tu punto de vista y buscar la forma de lograr que no vuelva a suceder. Pero si tu motivación interna es, en realidad, enseñar a la persona a hacer “bien” las cosas, manipularla o castigarla de algún modo por sus acciones, ¿crees que esto no se percibirá e influirá en el resultado? Piénsalo, es probable que alguien lo haya hecho contigo alguna vez.

Si quieres evitar esta gran barrera en la comunicación, prepara tu conversación anticipadamente y asegúrate de que no hay motivos ocultos que la pongan en riesgo.

Problemas de comunicación en la pareja

Una de las grandes barreras que existen en la comunicación en la pareja tiene que ver con los roles que desempeñamos y desde los que nos comunicamos. Y es precisamente ahí donde pueden surgir los problemas de comunicación en la pareja.

Según el análisis transaccional dentro de las personas existen tres grandes roles (padre-adulto-niño). Aunque, según esta teoría, lo habitual es que uno de ellos sea el dominante es muy posible que en nuestras conversaciones pueda activarse cualquiera de ellos, tanto en nosotros como en los demás.

Imagina una pareja en la que uno de los dos suele estar en el rol “padre”, por ejemplo, dando consejos no solicitados (o directrices), teniendo una actitud condescendiente o paternalista con su pareja, incluso dominante.

La comunicación, cuando una de las dos personas está en rol “padre”, puede suponer una gran barrera en la comunicación de pareja. Veamos tres opciones de respuesta:

  1. El otro miembro de la pareja podría igualmente adoptar el rol “padre”. En este caso el conflicto estará garantizado ya que, si te paras a pensar en el lo que representa el arquetipo del Padre (educar, asumir responsabilidad sobre el hijo, enseñar, reprobar, sostener, liderar, etc), esto implica que la relación se establecerá desde un plano de superioridad hacia el otro. Por lo tanto ambas personas intentarán tener el control desde la superioridad hacia el otro.
  2. Si la otra persona activase el rol “hijo” puede que se establezca una relación de dominio-sumisión o de “rebeldía infantil” que impedirá la comunicación sana y eficiente. En este caso la persona asumiría la superioridad del “padre” aunque esto suponga una gran barrera en la comunicación ya que la relación está igualmente desequilibrada.
  3. En el tercer caso el otro miembro de la pareja puede adoptar el rol “adulto” y poner un límite a la actitud de su pareja confrontándolo sobre su rol “padre”. Para lograr esto es fundamental que ambos puedan reconocer la enorme barrera en la comunicación que supone que los roles no sean los adecuados.
Comunicación efectiva barreras

Problemas de comunicación en el trabajo

Al igual que en las relaciones de pareja, en el ámbito profesional también podemos tener grandes barreras de comunicación si los roles no son los adecuados. Te invito a que observes tu rol ante diferentes personas dentro del ámbito laboral (compañeros, superiores, clientes…). Observa también los roles de los demás cuando se relacionan contigo y decide si hay algo que quieras mejorar.

En el trabajo son frecuentes los conflictos de interés y necesitamos habilidades específicas en este tipo de conversaciones para detectar los problemas de comunicación en el trabajo. Revisa tus conversaciones y pregúntate desde qué enfoque las abordas:

  • Diálogo
  • Debate
  • Discusión

Cuando dialogas la intención es el enriquecimiento mutuo a través de exponer los diferentes puntos de vista para llegar a una solución, desde este enfoque el respeto está garantizado.

En el debate la intención es “ganar al oponente” exponiendo los argumentos más convincentes, habitualmente desde el respeto.

En la discusión el objetivo también es ganar pero nos permitimos “jugar sucio”, es decir, somos capaces de atacar y faltar el respeto para conseguir el objetivo. Si la otra persona utiliza el mismo enfoque al final siempre “ganará” la que esté más habituada a discutir ya que la intensidad irá subiendo hasta que una de las dos personas abandone.

Por último, si sueles tener problemas de comunicación en el ámbito laboral relacionada con la incorrecta gestión de conflictos de interés, una buena alternativa puede ser desarrollar la habilidad para negociar o llegar a acuerdos a través de la conocida técnica Ganar-Ganar tal como la expone Stephen R. Covey en su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”.

barreras de la comunicación ejemplos

Ejemplos de barreras en la comunicación

Analicemos ahora algunos ejemplos comunes de barreras en la comunicación y las habilidades que podríamos poner en juego para eliminarlas.

Por supuesto, la comunicación es cosa de dos. Lo ideal es que ambas personas estén dispuestas a eliminar dichas barreras, pero esto no siempre es así. Por lo tanto, vamos a centrarnos en nuestra área de intervención sin intentar controlar la conducta de los demás. Cuidado con tus expectativas al respecto.

  • Ejemplo 1: Tienes un hijo adolescente que reclama más libertad. Tu consideras que no la merece por sus conductas inmaduras.
    En un caso como este es muy probable que la barrera en la comunicación tenga que ver con la incapacidad que ambos tengáis para entender la perspectiva del otro. Probablemente cada persona estará tan centrada en defender su postura y convencer a la otra que perderemos capacidad de influencia. Si queremos eliminar las barreras en la comunicación en este caso, es importante, en primer lugar, comprender la postura del otro y mostrar esa comprensión sin juzgar, atacar o menospreciar dicha postura. Gestiona tus miedos para que no te impidan comprender a la persona que tienes frente a ti.
  • Ejemplo 2: Tu pareja y tu discutís a menudo por el reparto en las tareas domésticas. Sobre todo porque, aunque lleguéis a acuerdos, el día a día y el cansancio hace que alguno de los dos no cumpla sus compromisos o haga las cosas de forma diferente a como el otro espera.
    En este tipo de situaciones el problema suele ser que abordamos la situación “en caliente”, es decir, cuando la carga emocional es elevada. Desde ahí es muy complicado comunicarse sin distorsionar la situación (magnificamos, somos más categóricos, más rígidos y catastrofistas). Para eliminar esta barrera es necesario aplazar la conversación hasta que la carga emocional desaparezca y sea posible hablarlo de forma más racional y proactiva. Siempre desde el compromiso mutuo de mejora. Quizá el paso siguiente sería acordar las consecuencias que tendrá el no respetar los compromisos adquiridos.
  • Ejemplo 3: Tienes una compañera de trabajo con la que es imposible colaborar ya que, cuando tenéis que coordinaros para ejecutar una tarea en común no te facilita la información necesaria, lo cual te perjudica.
    Este tipo de situaciones es frecuente en el entorno laboral. No todos los miembros de un equipo consideran igualmente necesario el flujo adecuado de información. Si eso te perjudica es importante enfocar la conversación para fomentar la comprensión de la otra persona. Pero antes de pedir que comprendan nuestra situación necesitamos entender el “mapa” de la otra persona, es decir, los motivos, las creencias o punto de vista que hace que no considere necesario facilitar esa información. Esto hará que nuestro enfoque de la situación y la forma de manejarla cambie completamente.

Conclusiones sobre las barreras comunicativas

En resumen podríamos decir que el desarrollo correcto de determinadas habilidades sociales puede ser la clave fundamental para eliminar las barreras en la comunicación. Cuando logramos eliminarlas nuestra capacidad de influencia aumenta de forma exponencial.

Si quieres saber más sobre inteligencia emocional, puedes leer nuestro artículo en el que explicamos qué es la gestión emocional

Y, si quieres acceder de forma gratuita a una de nuestras clases sobre Habilidades para la comunicación efectiva, escríbenos sin miedo.

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Ejemplos de gaslighting

Tiempo de lectura: 7 minutos

El término gaslighting se ha popularizado recientemente, sobre todo, aplicado a las relaciones sentimentales. En cualquier caso, esta técnica de manipulación puede ser utilizada en diferentes tipos de relación: a nivel laboral, social, familiar y por supuesto, en relaciones de pareja.

Por eso vamos a ver algunos ejemplos de gaslighting y a profundizar un poco más en esta forma de abuso emocional. Es importante que aprendas a detectarlo y, sobre todo, a combatirlo. Los recursos que aporta la Inteligencia Emocional serán tus grandes aliados, ¡vamos a verlo!

Qué es el gaslighting y su significado

El término gaslighting, también conocido como “hacer luz de gas”, está definido por la RAE como “Intentar que una persona dude de su razón o juicio mediante una prolongada labor de descrédito de sus percepciones y recuerdos”.

Esta forma de abuso psicológico puede llevarse a cabo de formas muy elaboradas, tal como podemos ver en la película Gas Ligth que dio nombre a esta técnica de manipulación.

Sin embargo, hoy vamos a centrarnos en formas más sutiles, casi cotidianas. Estas formas de manipulación quizá pasen desapercibidas al principio, pero pueden tener un efecto devastador a largo plazo.

Es más, hay infinidad de situaciones en las que la persona que utiliza el gaslighting no es consciente de que intenta manipular. Por ejemplo, hay situaciones en las que una persona está tan centrada en defender su “visión” que, si para conseguirlo tiene que negar la de su oponente, no dudará en hacerlo. Incluso aunque eso vaya minando poco a poco la visión y las autopercepciones del otro.

Imagina el daño tan terrible que esto puede causar en la autoestima de, por ejemplo, nuestros hijos, en caso de que estemos haciendo esto como padres. Aunque lo hagamos sin ser conscientes de ello.

gaslighting en la 
pareja

Gaslighting en la pareja

En las relaciones de pareja son habituales los conflictos. Para resolverlos es necesario utilizar determinadas habilidades interpersonales y así llegar a acuerdos o encontrar soluciones. Se presupone que estas habilidades serán ecológicas (basadas en el cuidado y el respeto) pero por desgracia, esto no siempre es así y en ocasiones vemos ejemplos de gaslighting en la pareja.

En todos mis años de experiencia he trabajado en varias ocasiones con parejas en las que uno de los dos comienza a dudar de sí mismo por no tener suficientes habilidades de comunicación. Al ser su pareja una “metralleta dialéctica” conseguía abrumarlo con argumentos muy elaborados y complejos hasta que no tenía más remedio que negar su visión para que la discusión terminase.

También he trabajado con mujeres que, tras años de maltrato por parte de su pareja, terminan dudando de sí mismas porque les asusta menos que tener que defender su criterio y actuar en consecuencia.

He trabajado con personas con parejas narcisistas que tienen una gran inteligencia y capacidad estratégica. Mentían sistemáticamente y aunque al principio ellas eran capaces de ver las mentiras, después de mucho tiempo en esa situación preferían autoengañarse a ver la realidad por miedo a las consecuencias.

Por puesto, si ejemplos de este tipo se mantienen en el tiempo, termina afectando gravemente a la Autoestima de la persona. Entonces todo se complica mucho más. Es preciso intervenir en la situación antes de que las inseguridades consecuentes lo hagan más difícil aún.

gaslighting significado

3 ejemplos de gaslighting

Veamos ahora algunos ejemplos en los que se podría dar una situación de gaslighting y cómo podríamos protegernos llegado el caso.

Ejemplo 1. Gaslighting en el trabajo

Imagina que tu jefe es un incompetente. Esto puede tener consecuencias muy diversas en función del contexto, pero podríamos generalizar diciendo que ese supuesto jefe, podría utilizar su rol de poder para intentar ocultar o compensar esa incompetencia utilizando su poder.

Imaginemos que lo hace a través de ti. Puede ser que se atribuya tus méritos, puede ser que te acuse de incompetente para ocultar su propia incompetencia, y por supuesto, podría “maquillar” la situación intentando hacerte dudar de tus propias capacidades.

¿Qué puedes hacer tú si tu superior hace cosas como quitarte responsabilidad para poder decir que no trabajas o si, sistemáticamente te hace responsable de todo lo que sale mal?

Ejemplo 2. Gaslighting con amigos y compañeros

Tienes una amiga o compañera de trabajo que necesita ser el centro de atención y para lograrlo suele recurrir a humillar “al eslabón más débil” del grupo.

Imagina que, en este caso eres tú. Para humillarte delante de los demás cuenta situaciones en las que te pone en evidencia, además, de forma tan hábil que resulta complicado rebatirla, y mucho menos delante de todo el mundo.

Tiene un estilo pasivo-agresivo tan elaborado que tus opciones a la hora de contestar se reducen bastante. Añade a todo esto además la presión social que supone que lo haga delante de los demás, consiguiendo de este modo que los oyentes le den la razón. ¿Qué puedes hacer tú si suele conseguir que su discurso suene tan razonable que convence a todo el mundo?

Ejemplo 3. Gaslighting en la familia

Imagina que tu madre te manipula. Imagina que su forma habitual para hacer que te sientas culpable es magnificar tus errores e ignorar completamente las cosas que haces bien. Te reprocha sistemáticamente, de forma que consigue hacerte pensar que eres un mal hijo/a.

Tendemos a creer a nuestros padres, independientemente de nuestra edad. Y aunque al llegar a la edad adulta tenemos un criterio personal que nos permite poner en duda la visión de nuestra madre hay una pequeña parte “infantil” de nosotros que aún le da demasiado poder a la visión de nuestros padres.

¿Qué hago si sufro gaslighting?

Podríamos encontrar mil ejemplos más de gaslighting en los que podríamos llegar a dudar de nosotros como consecuencia de esta técnica de manipulación. Sobre todo, si se mantiene en el tiempo. No podemos ignorar el efecto “desgaste”. Por supuesto, no existen soluciones mágicas y cada caso es un mundo, pero vamos a ver unas pautas básicas para que tengas por dónde empezar.

  • En primer lugar, si quieres protegerte necesitas tomar distancia. En ocasiones, la carga emocional nos incapacita para analizar con lógica lo que está sucediendo, así que toma perspectiva.
  • Por otro lado, no personalices. Por más que los ataques o cuestionamientos sean personales, intenta ver a la otra persona, sus intenciones, sus necesidades a satisfacer o sus complejos e inseguridades. Quita el foco de ti y te ahorrarás muchísimo malestar. Eso aumentará tus habilidades estratégicas.
  • Centra tus energías en protegerte y reaccionar de la mejor forma posible en lugar de centrarte en lo injusta o irracional que es la situación. Piensa que una persona que utiliza el gaslighting como táctica para manipularte no va a cambiar su punto de vista porque lo que quiere es el control. No le cedas el control dudando ti.
  • Valida tu visión con otras personas que consideres imparciales o desmiente la del manipulador del mismo modo.
  • Pero sobre todo… protege tu Autoestima. Cuanto más dudes sobre ti o sucumbas ante el miedo al conflicto o las consecuencias de defender tu punto de vista más se deteriorará tu visión de ti. Eso te impedirá reaccionar asertivamente ante la persona que te manipula a través del gaslighting.

Conclusiones sobre el gaslighting

Como hemos visto en estos ejemplos de gaslighting, esta técnica de manipulación está muy extendida, no solo en el ámbito de las relaciones de pareja. Cuanto más tiempo seas víctima de ella más complicado será revertir la situación, por eso es importante detectarla a tiempo y saber protegerte de ella.

Las habilidades propias de la inteligencia emocional pueden ser tus grandes aliadas porque:

  • Te ayudan a conocerte en profundidad.
  • Facilitan tener Pensamiento Crítico, una habilidad fundamental para frenar intentos de manipulación.
  • Te enseñan a sanar o reforzar tu autoestima.
  • Lograrás que tus emociones te ayuden en lugar de ser un obstáculo.
  • Y por supuesto, podrás desarrollar las habilidades sociales necesarias para combatir el gaslighting.

Y si quieres saber más sobre inteligencia emocional, puedes leer nuestro artículo en el que explicamos qué es la gestión emocional

5 Ejemplos de frases asertivas

Tiempo de lectura: 8 minutos

La asertividad es un modelo de relación, es la forma en la que se relacionan las personas con sana autoestima. Cuando tienes sana autoestima no te sientes inferior o superior a los demás. Esto permite que puedas relacionarte desde el respeto hacia ti y, por extensión, hacia los otros.

La asertividad se aprende. Cuando la pones en práctica en tus relaciones, empiezas a tener una visión más positiva sobre ti y sobre tu manejo social.

Por eso vamos a profundizar en esta fantástica herramienta que nos permitirá abordar conflictos, decir NO sin culpabilidad, autoafirmarte de forma madura, hacer peticiones, defenderte de los ataques de los demás y muchas cosas más. Por eso vamos a ver juntos varios ejemplos de frases asertivas y cómo trabajar la asertividad.

Y como siempre nos gusta señalar, aunque no existen fórmulas mágicas ni una forma única de intervenir, veremos cinco situaciones y sus posibles respuestas asertivas, para que empieces a tomar contacto con el “idioma” de la asertividad.

¿En qué consiste la asertividad?

Existen numerosas definiciones sobre asertividad por lo que es posible que en algún momento te hayas preguntado en qué consiste la asertividad exactamente. A nosotros nos gusta especialmente la definición de la famosa psicóloga Olga Castanyer, autora del libro Asertividad: expresión de una sana Autoestima.

Ella define la asertividad como “La capacidad de hacer valer los propios derechos, sin dejarse manipular y sin manipular a los demás, o lo que es lo mismo, respetándonos y respetando a los demás”.

Piensa en lo complicado que puede resultar esto en ocasiones, sobre todo cuando nuestras emociones toman el control y el miedo nos lleva a la sumisión o el enfado nos lleva a la agresividad. La asertividad es el punto de equilibrio entre ambas.

En términos generales podríamos decir que somos asertivos cuando:

  • Somos conscientes de nuestros derechos y necesidades.
  • Somos capaces de defender dichos derechos de la forma adecuada. Es decir, poniendo en juego habilidades sociales ecológicas (no dañinas).
  • Sabemos respetar en todo momento a nuestro interlocutor.

Las personas asertivas suelen ser definidas como “buenas” pero no “tontas”. ¿Has conocido alguna vez a alguna persona de la que se dice que es demasiado “buena”? Si los demás abusan de nosotros no es por nuestra bondad, es porque no sabemos defendernos, la bondad no puede excluirnos a nosotros mismos, ¿no crees?

que es ser una persona asertiva

Qué es ser una persona asertiva

Veamos entonces las diferencias fundamentales que existen entre los tres principales modelos de relación para entender mejor qué es ser una persona asertiva. De esta forma podrás identificar con claridad cuando estás en el rango de la sumisión, el de la agresividad (o estilo pasivo agresivo) y cuando tu actitud es asertiva.

Por supuesto, ten en cuenta que hablamos en términos generales. Si quieres autodevaluarte piensa siempre en tendencias recurrentes, no tanto en casos excepcionales.

  • Estilo sumiso: Las personas con tendencia a la sumisión suelen tener un tono de voz más bajo, con poca fluidez, vacilaciones, tartamudeo o huida del contacto ocular. Suelen quejarse ante terceros de las situaciones que no supieron gestionar y en ocasiones pueden ser personas “sacrificadas” para evitar molestar u ofender.
  • Estilo agresivo: Este estilo suele estar marcado por un tono de voz elevado, tajante o incluso amenazante. Suelen ser personas que creen que si no se comportan de este modo son demasiado vulnerables y tienden a vivir las situaciones conflictivas en términos ganar-perder lo que las hace poco propensas a la colaboración o negociación. Su agresividad es una forma de control, quieren provocar miedo en los demás. A menudo, logran su objetivo y esto hace que sigan autorizándose a comportarse de este modo.
  • Estilo asertivo: Las personas con un estilo de comunicación asertivo suelen tener una forma de hablar fluida, segura, con contacto ocular directo pero no desafiante y relajación corporal. Saben defenderse sin agredir, saben discrepar abiertamente, aclarar equívocos y pedir aclaraciones desde la confianza y con sensación de control emocional. Pueden firmes sin agresividad.

Comunicarse de forma asertiva

Si tenemos tendencia a relacionarnos desde la agresividad o la sumisión cambiar nuestros hábitos puede suponer un reto. Para cambiar progresivamente nuestro estilo de comunicación con la intención de empezar a comunicarse de forma asertiva, necesitamos, en primer lugar, empezar a pensar en el lenguaje de la asertividad. Cada vez que tengamos una interacción es importante revisar nuestra conversación y hacernos las siguientes preguntas:

  • ¿Mi actitud y mis palabras fueron asertivas, sumisas o agresivas?
  • ¿Qué habría sido ser asertivo/a?
  • Si esta misma situación se repitiese mañana. ¿Qué me gustaría cambiar?

Ten en cuenta que es muy probable que el miedo intervenga y te sabotee, te dirá que si hubieses actuado de otro modo habría sido peor, por eso volvemos a destacar el concepto CAMBIO PROGRESIVO.

No necesitas cambios drásticos, además, es probable que te dé miedo hacerlo. Hay muchos grados de asertividad, comienza con pequeños cambios ya que siempre tendrás ocasión de aumentar la intensidad.

ejemplo de comunicacion asertiva

Frases asertivas en 5 ejemplos

Si ya has decidido qué quieres mejorar en tu comunicación quizá algunos ejemplos de comunicación asertiva puedan inspirarte.

Pero no olvides algo importante, estos ejemplos de frases asertivas no van a funcionar con cualquier persona o en todas las circunstancias. Te las explicamos para ilustrar que existen opciones de comunicación asertiva. Así tendrás un punto de referencia desde el que puedes trabajar, ya sea solo o sola, o con algún profesional de la inteligencia emocional.

Para ver resultados positivos es necesario probar distintas opciones y ver qué te funciona mejor.

  1. Tu jefe está enfadado porque no entregaste a tiempo algo que te pidió. En lugar de hablar sobre lo que has hecho mal te ataca personalmente con comentario del tipo: “Eres un incompetente, no entiendo cómo he podido confiar en alguien tan irresponsable como tú”.
    Quizá pueda resultar un tanto arriesgado poner límites directos o confrontar a nuestro jefe sobre sus palabras, por eso en este caso podríamos utilizar la técnica del Acuerdo Asertivo o de la Pregunta Asertiva y decir algo así como: “Entiendo que estés enfadado porque no he cumplido con el plazo y creo que te debo una explicación. Por otro lado, creo que si excluimos los ataques personales y nos centramos en las acciones a corregir seguro que tenemos una conversación más productiva”.
  2. Tu pareja está de mal humor. Ha llegado irascible del trabajo y “lo paga contigo”. Está más exigente y demandante de lo habitual. Te dice algo así como “Nunca colaboras en casa, sabes que tienes que hacer tu parte, pero siempre te escaqueas”.
    En este caso puede ir bien utilizar la técnica del Mensaje Yo combinada con la técnica del Aplazamiento Asertivo. Por ejemplo: “Sé que quizá no es el mejor momento para analizar esta situación desde la calma, si quieres lo hablamos cuando estemos más relajados. Cuando hablas en términos absolutos y dices que siempre hago las cosas mal cuando no siempre es así me siento impotente y me desmotivo”.
  3. Estás exponiendo tu punto de vista sobre una situación con tu grupo de amigos, un miembro del grupo hace un comentario en tono de burla o chiste fácil sobre ti. En este tipo de situaciones, sobre todo si hay “público”, puede ir fenomenal la técnica de la Confrontación, que, a su vez, puede utilizarse de forma más directa o más sutil.
    Una forma suave de confrontación sería repetir literalmente las palabras que la persona utilizó para atacarte en forma de pregunta: “¿Estás diciendo que…?”. Obviamente desde la calma. Esto suele “invitar” a la otra persona a dar una explicación sobre su comentario.
  4. Un miembro de tu familia insiste en culpabilizarte sobre algo de lo que tú no te sientes culpable. En este caso puede ser útil la técnica del Banco de Niebla combinada con el Disco Rayado.
    Podrías decir algo así como: “Comprendo perfectamente tu punto de vista, pero no puedo estar de acuerdo porque…” y repetir tu argumento las veces que sea necesario (importante: siempre con el mismo tono) hasta que la persona desista.
  5. Una persona cercana a ti te pide algo que es muy importante para ella, pero dicha petición excede tus límites y no quieres darle lo que te pide.
    Aquí, para ser más ecológicos y teniendo en cuenta la frustración que puede sentir la otra persona ante tu negativa puedes utilizar la Asertividad Empática junto a los Mensajes Yo y decir algo así como: “Entiendo que para ti es importante lo que me pides sin embargo tengo que negarme porque…”
curso online asertividad ejemplos

Conclusiones

Como hemos observado, es fundamental que aprendamos a relacionarnos de forma asertiva. Así protegeremos nuestra autoestima y mejorarán nuestras relaciones.

No podemos cambiar un modelo de relación de un día para otro, pero con práctica y determinación conseguiremos cambiarlo progresivamente y seremos capaces de interactuar con los demás desde el respeto a nosotros y los demás.

Los lunes a las 18h tenemos un curso online sobre asertividad. ¿Te gustaría probar una de nuestras clases de forma gratuita? Contacta y reserva tu plaza.

Y si quieres saber más sobre relaciones interpersonales, puedes leer nuestro artículo sobre ejemplos de conflictos familiares

Definición de Escucha Activa

Tiempo de lectura: 6 minutos

Dice el famoso pensador Jiddu Krishnamurti que la verdadera escucha es todo un reto ya que, según sus propias palabras:

“Cuando intentamos realmente escuchar, descubrimos que resulta extraordinariamente difícil, porque siempre estamos proyectando nuestras opiniones e ideas, nuestros prejuicios, nuestro pasado, nuestros deseos o impulsos”.

Desde esta premisa podemos tomar la definición de Escucha Activa como la habilidad para escuchar sin un proceso mental paralelo, es decir, desde el “vacío interior”. Esta forma de escucha nos permite recibir información más allá del mensaje evidente.

Explicaremos a qué nos referimos más adelante, pero de momento cabe pensar que si escuchamos con un diálogo interno paralelo sucede algo parecido a cuando escuchamos a un profesor tomando apuntes a la vez. No podemos evitar perder parte de la información, ¿no crees?

Escucha Activa, ¿qué es?

Antes de adentrarnos en el concepto es importante hacer un ejercicio de humildad asumiendo que cuando escuchamos no podemos evitar “traducir” la información recibida.

Esto significa que, para dar sentido al mensaje, vamos a interpretarlo desde cómo somos nosotros, proyectaremos en la otra persona nuestro propio “mapa”. Esto es un enorme hándicap y suele acarrear muchos problemas de comunicación ya que, al interpretar proyectando sacaremos conclusiones a menudo equivocadas por lo que la otra persona puede no sentirse comprendida.

Pero volvamos al principio. Si nos preguntamos qué es la escucha activa, podemos decir que esta habilidad de comunicación implica ser capaz de recibir información a nivel profundo. Esto significa que no sólo comprenderemos su mensaje más evidente. Recibiremos otro tipo de información como, por ejemplo:

  • Comunicación paraverbal y no verbal.
  • Emociones y/o estados emocionales.
  • Interpretación subyacente a su mensaje.
  • Actitudes.
  • Recursos personales o ausencia de éstos.
  • Creencias, valores, etc.

Como imaginarás, ser capaz de recibir tal cantidad de información, en determinados contextos, puede reportar grandes beneficios. Uno de los principales es que aumenta nuestra capacidad para gestionar nuestras relaciones interpersonales incrementando nuestras habilidades sociales.

escucha activa que es

La Escucha Activa en la comunicación

La comunicación eficiente ya es un reto en sí misma por muchos motivos en los que no profundizaremos en esta ocasión. Pero sí es importante entender que la capacidad para manejar los conflictos, la capacidad de influencia o las conductas asertivas tienen como base nuestra habilidad para recibir información. Y eso solo podemos lograrlo a través de la Escucha Activa.

La Escucha Activa es el resultado natural cuando eliminamos las barreras que lo impiden. Por eso mismo es importante conocer qué factores la condicionan:

  • Elementos externos: físicos, ambientales, etc.
  • Falta de interés sobre el tema.
  • Estilo de vida acelerado, las prisas.
  • Permitir que nuestras emociones bloqueen el mensaje.
  • Adaptar la información a ideas preconcebidas.
  • Crear o tolerar distracciones, ensoñaciones.
  • Nuestra necesidad de opinar (interrupciones).
  • Prejuicios y/o juicios de valor.
  • Desconsideración hacia la otra persona o su mensaje.
  • Conclusiones precipitadas.
  • Temor a la influencia de nuestro interlocutor.

Te invitamos a que revises tus propios condicionantes. Reflexiona sobre los motivos que dieron lugar a tus propias limitaciones y sobre las consecuencias negativas que esto tiene para ti. Finalmente, decide si te gustaría cambiar algo al respecto.

Porqué es importante la Escucha Activa

Como ya hemos mencionado, esta habilidad tiene muchos beneficios, vamos a centrarnos en algunos de los principales que hacen que la escucha activa sea tan importante:

  • Es una habilidad básica. Estamos más expuestos a recibir información que a transmitirla por lo que es de sentido común pensar que cuanto mejor escuchemos más aprenderemos, además, nuestra capacidad para retener información aumentará mejorando la memoria.
  • La Escucha Activa conduce a relaciones más auténticas y profundas. Reduce los malentendidos, genera confianza y aumenta nuestra capacidad de influencia a través de la comprensión.
  • Nuestra intención de entender en profundidad al otro antes de poner el “foco” en nosotros reducirá considerablemente el impacto emocional que las acciones o palabras de los demás tienen sobre nosotros por lo que nuestra habilidad para reaccionar mejora.
  • Nuestra escucha total y absoluta es uno de los mejores “regalos” que podemos hacer a nuestro interlocutor. Piensa en cómo te sientes tú cuando sabes que no te están prestando atención, es una forma de desprecio, ¿verdad? Cuando hacemos Escucha Activa la persona se siente valiosa y respetada en la comunicación. Esto aumenta las probabilidades de que ella nos escuche de la misma forma.
ejemplos escucha activa

3 Ejemplos de Escucha Activa para mejorar

Ahora te invitamos a que te autoanalices. Piensa en el “lugar” desde el que escuchas, al menos en las interacciones que más te importan. Ese rol que en ocasiones desempeñamos al escuchar es un filtro que distorsiona el mensaje profundo del otro.

Tal vez lo comprendamos mejor con ejemplos de escucha activa. A continuación listamos tres roles diferentes que impiden esa escucha auténtica. ¿Te reconoces en alguno de ellos?

  1. Rol de Consejero: Se activa cuando escuchamos para aconsejar, “rescatar” al otro de su situación o darle una solución a su problema. Este rol puede provocar en la otra persona sentimiento de inferioridad o impotencia si no se siente capaz de ejecutar nuestra visión de las cosas. Quizá, en lugar de esto podríamos no dar por sentado que eso es lo que el otro espera de nosotros y reflexionar sobre qué es realmente ayudar a través de la Escucha Activa.
  2. Rol de Juez: Se activa cuando escuchamos para emitir un juicio de valor, ya sea positivo o negativo. Este modo de escuchar es inhibidor y auto limitante además de colocarnos en un plano de superioridad. Una alternativa más sana puede ser escuchar desde la conciencia de nuestra propia ignorancia.
  3. Rol de Víctima: Se activa cuando, paralelamente al mensaje, comenzamos a procesar las consecuencias que éste tendrá en nosotros. Esta posición contamina nuestra escucha porque nuestros temores impiden que captemos el mensaje con claridad. La alternativa saludable puede ser aplazar el impacto emocional que la situación puede tener en nosotros hasta asegurarnos de haber recibido toda la información. Para lograrlo necesitamos concentración y disciplina.

Conclusiones

Según la definición de Escucha Activa que hemos visto al principio, podemos concluir con la idea básica de que para desarrollar esta habilidad es necesario trabajar sobre aquello que te impide tenerla.

Revisa tus condicionantes, trabaja sobre ellos y el resultado final será tu capacidad para escuchar desde el “vacío interior”. De forma que recibirás información más allá del contenido evidente del mensaje.

Llegados a este punto muchas personas se preguntan: “Si me concentro tanto en escuchar y no pienso anticipadamente en una respuesta, ¿seré capaz de seguir una conversación sin silencios incómodos?”. No te preocupes por eso, tu capacidad para responder no va a disminuir ya que tenemos una capacidad para procesar información seis veces superior a la que nuestro interlocutor tiene para verbalizar. Utiliza todo ese tiempo libre mental para comprender en profundidad y tu respuesta saldrá sola.

Esto te convertirá en un maestro/a en el arte de las relaciones interpersonales. Te invitamos a que lo compruebes con tu propia experiencia.

Y si quieres saber más sobre relaciones interpersonales, puedes leer nuestro artículo sobre ejemplos de conflictos familiares

Autoconocimiento personal: guía para avanzar

Tiempo de lectura: 8 minutos

¿Cuánto te conoces? Quizá estés de acuerdo conmigo en que la familia, el entorno educativo o la sociedad en general no fomenta que nos conozcamos en profundidad. Por eso es habitual llegar a la edad adulta sin saber muy bien por qué nos suceden una y otra vez las mismas cosas o por qué no logramos avanzar a pesar de nuestros esfuerzos.

El autoconocimiento personal es fundamental porque si no te conoces es complicado alinear tus acciones con tus deseos y necesidades más profundas. Esto dificulta la tarea de alcanzar nuestros objetivos y por lo tanto…de ser feliz.

El autoconocimiento ¿qué es?

Comencemos por el principio ya que es complicado invertir en una parte de nosotros si no sabemos de qué se trata el autoconocimiento personal. Podríamos decir que el Autoconocimiento intenta contestar a la pregunta ¿quién soy yo?

Por expresarlo de una forma más sencilla, el autoconocimiento nos aporta datos sobre nosotros que van sumando y formando una autoimagen subjetiva que estará más o menos distorsionada en función de lo sana que sea nuestra autoestima.

Autoconocimiento emocional

Entonces, el autoconocimiento nos ayuda a recopilar datos sobre nosotros, pero hay un ámbito en el que esto es específicamente necesario: el área emocional. Gracias a la inteligencia emocional podemos adquirir autoconocimiento emocional, que nos ayudará a entender mejor nuestras emociones y el manejo de estas.

Saber por qué determinadas situaciones me afectan de una forma específica, saber porqué mis emociones me desbordan o saber cómo gestionar dichas emociones en función de mi temperamento son cuestiones de suma importancia que podemos resolver si invertimos en el autoconocimiento emocional.

La conclusión a la que llegamos desde esta perspectiva es que el autoconocimiento personal está directamente relacionado con el bienestar emocional.

autoconocimiento emocional

Autoconocimiento y Autoestima

Ahora bien, ¿qué relación existe entre autoconocimiento y autoestima? El autoconocimiento, la autoestima y la autorrealización están directamente relacionados.

De hecho, es complicado sanar la autoestima y sentir autorrealización personal si no invertimos en la base: El autoconocimiento.

Como ves, conocerse y valorarse van de la mano:

  • Si no te conoces será complicado saber si tu autoestima está sana o necesitas sanarla.
  • Si no te conoces serás incapaz de detectar las distorsiones que cometes y que mantienen baja tu autoestima.
  • Si no te conoces no sabrás con qué recursos cuentas para trabajar aquello que aún necesitas mejorar.
  • Y, por último, si no te conoces será complicado establecer un plan de mejora donde consideres necesario.

Autoconocimiento y desarrollo personal

Como puedes deducir por lo anteriormente expuesto, el autoconocimiento y el desarrollo personal están íntimamente relacionados. Si en este momento de tu vida crees que necesitas crecer en recursos personales para resolver tus problemas puede que te preguntes: ¿por dónde empezar?

Por el autoconocimiento personal, sin duda.

Es una cuestión de sentido común, si no sabes lo que tienes y no sabes lo que te falta, ¿cómo vas a mejorar? Recapitulemos, el autoconocimiento contesta a la pregunta “¿Quién soy yo?”, es decir, cómo soy, que pienso, siento y hago y porqué. Te propongo un sencillo cuestionario para que puedas ponerte “nota” en cuanto a tu nivel de autoconocimiento.

Contesta con SÍ o NO a las siguientes preguntas:

  1. ¿Podrías describirte físicamente?
  2. ¿Podrías determinar con exactitud tu nivel de Autoestima?
  3. ¿Podrías hacer con facilidad dos listados, uno con tus fortalezas y otro con tus debilidades?
  4. ¿Podrías definir tus rasgos principales de temperamento, carácter y personalidad?
  5. ¿Sabes qué creencias te están potenciando y cuales te limitan impidiendo el desarrollo de tus habilidades?
  6. ¿Podrías enumerar tus valores fundamentales, es decir, tus principios?
  7. ¿Sabes qué tipo o tipos de inteligencia predominan en ti?
  8. ¿Conoces tus talentos?
  9. ¿Sabes qué te hace sentir autorrealización?

Podríamos extendernos más ya que hay muchas áreas sobre las que podemos explorar, pero creo estas preguntas son suficientes para comprobar si llevas tiempo invirtiendo en conocerte o por el contrario hay una gran cantidad de “noes” entre tus respuestas.

Herramientas de autoconocimiento

Puede que ahora te estés preguntando cómo aumentar tu nivel de autoconocimiento, cómo lograrlo. Pues bien, es más sencillo de lo que podría parecer.

Si quieres saber más sobre ti es importante que te observes, que estés en contacto contigo. Por lo tanto, las capacidades a desarrollar son la conciencia y la atención, que son la base de prácticas como el mindfulness o la meditación. Piensa que no existe autoconocimiento sin autoconciencia.

Esta herramienta tan sencilla: la observación, puede llegar a ser un verdadero desafío ya que implica ser capaz de salir de nuestros automatismos. Es muy complicado que tomes conciencia de ti si siempre vas en “piloto automático” y tenemos que reconocer que nuestro estilo de vida nos lo pone fácil. Por eso, si quieres empezar a estar más en contacto contigo para aumentar tu autoconocimiento te voy a proponer un sencillo ejercicio.

Paso 1: Elige tres momentos concretos dentro de tu rutina diaria (si crees que podrías olvidarlo ponte alarmas).

Paso 2: Cuando llegue cada uno de ellos para un minuto y hazte estas preguntas: ¿Cómo me siento ahora mismo? ¿qué estoy pensando en este momento, sobre el pasado, presente o futuro? Y, por último, ¿qué me dice sobre mí lo que pienso y siento en este momento?

Paso 3: Haz una pequeña reflexión al final de la semana sobre el nuevo conocimiento que tienes sobre ti a raíz de la actividad. Otra variante de este ejercicio sería hacerlo cuando hayas vivido una situación en particular que te haya afectado. Sería una estupenda oportunidad para sacar partido a la situación, ¿no crees?

ejemplos autoconocimiento

Autoconocimiento: Ejemplos

A continuación, veremos tres ejemplos de la vida diaria en los que el autoconocimiento puede ser una clave fundamental. ¿Para qué? Para dirigir mejor mi vida, para aumentar mi habilidad en la toma de decisiones y para iniciar un proceso de mejora y crecimiento.

  • Patrones: Si echas la vista atrás seguro que detectas situaciones de tu vida que se repiten. Pueden ser patrones de relación sentimental, laboral, social o familiar. El sentido común ya te dice que, si en tu vida algo se repite, esto tendrá que ver contigo, ¿no? El autoconocimiento te ayudará a saber el porqué de tu patrón y cómo superarlo.
  • Cumplimiento de objetivos: ¿Te cuesta alcanzar aquello que te propones? La capacidad para alcanzar objetivos es una de las claves fundamentales para el bienestar. Aumentando tu nivel de autoconocimiento descubrirás qué falla y donde debes intervenirte.
  • Manejo de las relaciones: ¿Qué nota te pones respecto a tu habilidad para tener relaciones sanas, eficientes y profundas? Cuanto mejor te conozcas más fácil será para ti averiguar qué habilidades sociales necesitas desarrollar para gestionar adecuadamente todo tipo de relaciones.

Por eso existen los talleres de inteligencia emocional para adultos, para tener ciertas claves que nos permitan desarrollar estas y otras competencias y mejorar en nuestro conocimiento personal.

Conclusiones

Como ves, el autoconocimiento es la base del desarrollo personal y está directamente relacionado con el bienestar, la autovaloración, la confianza, cumplimiento de objetivos o la toma de decisiones entre otras muchas cosas.

No podemos cambiar nada que no conozcamos, por eso es fundamental dedicarle tiempo y ganas. Solo así es posible sanar la autoestima y sentirnos autorrealizados. Lograrlo es sencillo si desarrollas hábitos diarios que te permitan salir del “piloto automático” y entrar en contacto contigo. Cualquier momento del día es bueno para tomar conciencia de lo que pasa dentro de ti. La lista de beneficios es larga. Pruébalo y cuéntame tus resultados.

Y si quieres saber más sobre autoconocimiento y desarrollo personal, puedes leer nuestro artículo sobre ejemplos de conflictos familiares

Conflictos familiares: Ejemplos y soluciones

Tiempo de lectura: 7 minutos

Seguro que tu familia es importante para ti, ¿me equivoco? Los quieres y deseas lo mejor para ellos. Sin embargo, en ocasiones, ese amor no es suficiente para evitar los problemas. Esto puede provocar dolor, frustración, impotencia y otras emociones que terminan afectando al buen ambiente familiar.

Vamos a ver algunos ejemplos de conflictos familiares que suelen aparecer y de qué forma la inteligencia emocional y el particular el manejo de nuestras propias emociones junto a la inteligencia social aumentará las probabilidades de gestionar dichos conflictos. Contribuyendo a la mejora de las relaciones en casa y, poco a poco, avanzando para solucionar estos problemas familiares.

La mediación familiar

Seguro que, en más de una ocasión, ante un conflicto familiar, te habría gustado contar con la figura de un mediador. Una persona con la objetividad y habilidades suficientes para encontrar el consenso. Un enfoque imparcial que le permita ver objetivamente el conflicto y encontrar el modo en que ambas partes se sientan cómodas con el resultado obtenido.

¿Y tú?, ¿dispones de dichas habilidades? No siempre podemos disponer de esa mediación familiar, de una figura externa que nos “eche un cable” en la resolución de conflictos familiares, por eso puede ser interesante crear recursos personales relacionados con este tipo de situaciones, ¿no crees?

Problemas de convivencia familiar

La convivencia suele traer conflictos de familia, a fin de cuentas, somos personas diferentes con visiones y objetivos, a veces contrapuestos.

Esto suele generar fricción y si no disponemos de las habilidades necesarias podemos entrar en discusiones acaloradas en las que la mala gestión de nuestras propias emociones empeore la situación a tratar.

¿Te ha pasado alguna vez que has intentado abordar un conflicto con tu pareja, tus hijos o tus padres y al final han sido las propias emociones las que han empeorado la situación? Es muy habitual que esto suceda. En dichas ocasiones terminamos perdiendo perspectiva de la situación a tratar y nuestras emociones terminan tomando las riendas de la situación. Esto es algo habitual en los problemas de convivencia familiar y, cómo habrás podido ver, suele acabar bastante mal.

Después, al revisar la situación solemos sentir culpa porque quizá hicimos o dijimos algo que no queríamos decir, además, solemos sentir frustración porque no logramos alcanzar el objetivo e inseguridad de cara al próximo conflicto familiar. Finalmente solemos tirar la toalla, nos rendimos y acumulamos resentimiento. Y ya sabemos cómo deteriora nuestras relaciones el rencor.

conflictos familiares

Resolución de conflictos familiares

Bien, pues tras este pequeño análisis sobre las consecuencias veamos algunas pautas básicas por las que comenzar.

  • Acepta. Uno de los principales hándicaps a la hora de mantener el control de nuestras emociones es la resistencia ante lo que sucede. Creemos que aceptar es resignarnos y para evitarlo tendemos a adoptar una postura más rígida. Ese estado de resistencia solo provocará más enfado. Necesitas la calma que te proporciona el asumir plenamente una situación para pensar en el mejor modo de resolverla.
  • Empatiza. Creemos que la empatía solo sirve para ayudar a los demás, pero esa es solo una de sus aplicaciones. La empatía es la capacidad para comprender en profundidad al otro, tanto intelectual como emocionalmente. La empatía es la herramienta que nos proporciona información, y necesitamos esa información para reaccionar de la forma más adecuada. Por eso es fundamental utilizarla para la resolución de conflictos.
  • Expresa tu punto de vista sin atacar. Esto es complicado en ocasiones. Pero piensa que necesitamos que la persona que está frente a nosotros esté abierta al diálogo, que sea receptiva. Y no hay nada más eficaz para que otra persona se “atrinchere” en su postura que sentirse atacada, por lo tanto, nada de juicios.
  • Pon límites. La asertividad es la herramienta “estrella” para la resolución de conflictos de familia. Consiste en abordar situaciones conflictivas desde el respeto, hacia ti y hacia el otro. Puedes ser firme sin llegar a la agresividad, puedes exponer la situación sin juicios de valor y por supuesto que puedes comunicar e intentar buscar el consenso con una actitud tolerante y conciliadora. Abordaremos la asertividad con más detenimiento en otra ocasión.

Solucionar problemas familiares

Cambiar los automatismos que se activan en situaciones conflictivas, sobre todo cuando hay patrones muy marcados, es complicado, pero es cuestión de práctica. Piensa en los beneficios que te puede aportar solucionar problemas familiares. El buen manejo de nuestras relaciones no solo aporta calidad de vida, también contribuye a una sana autoestima.

gestion de conflictos familiares

3 ejemplos de conflictos familiares

Ahora bien, ¿Cuáles suelen ser los principales conflictos dentro del ámbito familiar? Por mi experiencia acompañando a personas en este tipo de situaciones, suelen ser tres las situaciones más frecuentes:

  • Conflictos en la pareja. Hay numerosas situaciones en las que, los distintos puntos de vista o escala de prioridades provocan fricción. Conflictos a nivel doméstico, educación de los hijos, reparto de tareas, diferencias de personalidad o intereses, etc. Aquí nuestras habilidades de comunicación y el control de nuestras propias emociones será fundamental. A fin de cuentas, la calidad de la relación de una pareja está muy condicionada por la capacidad de llegar a acuerdos.
  • Conflictos entre padres e hijos. Cuando nuestros hijos van creciendo y continúan dentro del hogar, se hacen cada vez más evidentes los diferentes objetivos, y esto provoca problemas familiares entre padres e hijos. Quizá les cuesta asumir responsabilidades domésticas, piden más libertades de las que nosotros consideramos razonables o dejan de escuchar nuestros consejos o de acatar nuestras normas. En este tipo de situaciones necesitamos actualizar nuestros paradigmas asumiendo que necesitamos estrategias adaptadas a su edad y circunstancias.
  • Conflictos con nuestros padres y/o hermanos cuando somos adultos. Podríamos pensar que, al iniciar nuestro propio proyecto de vida los conflictos de familia desaparecerán. Puede que se reduzcan, pero ellos siguen siendo ellos y nosotros también somos los mismos por lo que, aunque ya no vivamos en casa seguirán apareciendo situaciones conflictivas. Si tenías un padre autoritario o una madre que tendía a invadir tus límites, ¿crees que cambiarán solo por el hecho de que te hayas independizado?
conflictos de familia

Pasos para resolver un conflicto familiar

Es complicado ofrecer “soluciones estándar” para abordar un conflicto familiar, sobre todo porque cada caso es diferente y tendremos que adaptarnos, pero vamos a intentar establecer unas pautas genéricas.

  1. En primer lugar, analiza la situación lo más objetivamente posible.
  2. A continuación, traza un plan de acción que sea razonable y mantén el control sobre tus expectativas.
  3. Utiliza la empatía para recopilar información. Investiga con preguntas para hacerte una composición lo más completa posible sobre la postura del otro.
  4. Cuando expongas tu punto de vista hazlo sin atacar, de forma clara y concreta y, si procede hacer una petición pónselo fácil al otro, di lo que quieres o lo que esperas sin ambigüedades.
  5. Termina la interacción con un enfoque positivo de la situación, muestra tus buenas intenciones o actitud para que juntos lleguéis al entendimiento.

Conclusiones

Los conflictos son necesarios porque nos ayudan a crear nuevos recursos, como por ejemplo, algunos de los que hemos tratado:

  • La empatía
  • La asertividad
  • La capacidad de analizar de forma objetiva una situación sin que nuestras emociones nos dominen.

No olvides que merece la pena invertir en desarrollar habilidades para cuidar las relaciones que más nos importan. Y recuerda que, aunque no sea sencillo, es cuestión de práctica y perseverancia mejorar los conflictos familiares. De hecho, cuando veamos resultados, nuestra motivación aumentará y será cuestión de tiempo que también aumente el nivel de bienestar y armonía en casa. ¡A por ello!

¿Quieres saber más? Puedes leer nuestro artículo sobre ¿Qué es la gestión emocional?

Y si quieres acceder de forma gratuita a una de nuestras clases para trabajar tu inteligencia emocional, ¡Escríbenos sin miedo! 🙂

¿Mejoramos juntos para tener una vida más plena?

isabel torres inteligencia emocional

Consejos para el miedo infantil

Si tienes hijos o alumnos dentro de la etapa infantil seguro que sabes de qué forma sus miedos pueden llegar a convertirse en una limitación a muchos niveles. Hoy vamos a entender un poco mejor cómo es el miedo durante la infancia, para que puedas apoyarles en la gestión de esas inseguridades que a menudo les bloquean.

También veremos algunos consejos para el miedo infantil. Estas pautas que puedes aplicar te serán muy útiles para que sean ellos mismos los que puedan crear los recursos que les ayudarán a superar las limitaciones propias de esta emoción.

Miedos infantiles por edades

Esta emoción, desde un punto de vista biológico, es adaptativa y necesaria, además de inevitable. Por eso encontramos diferentes miedos infantiles por edades y reconociendo esta emoción en nuestros hijos desde su más tierna infancia.

El miedo nos cuenta que no tenemos recursos ante una amenaza ya sea real o imaginaria. Esa desproporción entre recursos y amenaza suele bloquearnos impidiéndonos afrontar la situación y superarla.

El miedo en bebés

Cuando son bebés (a partir de los seis meses), y durante sus primeros años de vida sus miedos fundamentales estarán relacionados con ruidos fuertes, personas extrañas, dolor físico, separación de sus figuras de apego y, en ocasiones, también a ciertos animales.

El miedo en la infancia

Durante la segunda etapa de la infancia, los miedos se vuelven un poco más complejos ya que aparece una variable muy propia de esta edad: la imaginación. Por este motivo es muy habitual observar en nuestros hijos otros miedos como el miedo a la oscuridad o a seres sobrenaturales.

Por eso, tiene sentido pensar que, si la imaginación de nuestros hijos es la que provoca sus miedos, puedan utilizar la propia imaginación para abordar la situación.

Si quieres profundizar en este tema, puedes leer nuestro artículo sobre la imaginación y los miedos en los niños

Y en esta escena de la famosa película Patch Adams tienes un ejemplo de cómo hacerlo. Ver video

miedos normales en la infancia

Miedos normales en la infancia

Todos los miedos mencionados son normales y naturales, pero, por supuesto, podemos desarrollar recursos para apoyarles de forma que aprendan a gestionarlos. En primer lugar, vamos a trabajar sobre nosotros, los adultos.

Pregúntate: ¿cómo reacciono yo cuando mi hijo tiene miedo infantil?, ¿qué emoción o emociones surgen en mí? Estas preguntas son importantes ya que si tus propias emociones te limitan resultará más complicado que puedas apoyarles.

Si ya tenemos la capacidad para reaccionar desde la calma, ahora podemos iniciar una fase de exploración en la que vamos a intentar descubrir qué significa realmente para mi hijo su miedo.

Sin esta fase de exploración va a resultar mucho más complicado elaborar un plan de acción adaptado a sus características y necesidades y así, crear el recurso necesario que les dé seguridad. Es importante entender que una misma amenaza no representa lo mismo para diferentes personas.

Un ejemplo de temores infantiles

Imagina que estás en el parque con tu hija de 6 años. Ha subido a un tobogán y cuando está arriba se queda paralizada por el miedo y no logra bajar. ¿Cómo la acompañarías en la gestión de la situación?

Seguro que, frente a este tipo de temores infantiles, muchas personas se acercarían a su hija y le ofrecerían directamente una solución, por ejemplo, “venga, tírate, no tengas miedo, yo te espero abajo”. Lo habitual suele ser que nosotros les ofrezcamos la “solución” a su problema sin explorar.

Si aplicamos la técnica de la exploración podríamos empezar validando su emoción para reducir la angustia (Por ejemplo: “Entiendo que tengas miedo, está muy alto, ¿verdad?) y a continuación podemos preguntarle qué cree que puede pasar si se tira para descubrir lo que la situación representa para ella (puede darle miedo la velocidad, o la altura, o el aterrizaje…).

Después podemos preguntar qué cree que necesita para sentirse más segura. Esta pregunta es fundamental, aunque en la mayoría de las ocasiones no sepan qué responder. Con este tipo de pregunta activamos su hemisferio izquierdo alejándolos del secuestro emocional y, por lo tanto, del bloqueo.

Si son incapaces de encontrar una respuesta les podemos dar diferentes opciones para que elijan. Es muy importante, sobre todo si queremos que vayan creando sus propios recursos, que no se lo demos todo pensado. Recuerda que queremos que activen su parte racional para que salgan de la parálisis y puedan avanzar.

miedos infantiles por edades

Consejos para trabajar el miedo infantil

Veamos ahora, a modo de resumen, algunas alternativas que podemos practicar en lugar de simplemente dar un consejo o indicación cuando nuestros hijos se bloquean ante el miedo:

  • Escúchale atentamente en lugar de darle una solución inmediata a su miedo. No todo es actuar, piensa que con una escucha activa ya estás comenzando a trabajar el miedo infantil.
  • Valida su emoción, muestra comprensión y, si la situación lo permite, ponle un ejemplo personal de características parecidas para que normalice.
  • Explora. Hazle preguntas, profundiza para descubrir qué representa para él o ella la situación o amenaza. Esta será la clave para crear el recurso. Por ejemplo: No es lo mismo que mi hijo tenga miedo a la oscuridad porque piense que se puede tropezar y caer que porque piense que un terrible monstruo se esconde entre las sombras. Por lo tanto, el recurso tampoco será el mismo.
  • Elaborad juntos un plan de acción. Dale el protagonismo en la búsqueda de las distintas opciones y descubrirás que son capaces de buscar soluciones muy originales. Y si son ellos mismos los que las crean y les funcionan no solo desarrollarán más autonomía, esto también contribuirá de forma positiva en su autoimagen y autoestima.

Conclusiones sobre el miedo en la infancia

Es fundamental que nuestros hijos sean autónomos en la gestión de sus miedos ya que esto les permitirá convertirse en adultos capaces de avanzar y superar limitaciones. Para ello deben encontrar su forma particular de crear el recurso, adaptado a su personalidad, su edad o la situación que viva en ese momento.

Nosotros podemos desempeñar un papel fundamental en el miedo infantil si, en lugar de ofrecerles la “solución”, los acompañamos a descubrir qué significan para ellos sus miedos y qué necesitan para superarlos.