Las barreras en la comunicación
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¿Te has sentido impotente alguna vez durante una conversación? ¿Quizá llegaste a un “diálogo de besugos” donde cada persona se obcecó en su punto de vista hasta perder toda lógica y coherencia? ¿Cómo te sientes después de una conversación en la que invertiste una gran cantidad de energía y que solo sirvió para empeorar aún más las cosas?
Lo habitual es que en este tipo de situaciones “echemos balones fuera” y tendamos a pensar que la culpa es de la otra persona. Pero hoy vamos a darle un enfoque más proactivo. Analizaremos algunas de las barreras en la comunicación más importantes para que aprendas a detectarlas y eliminarlas.
Piensa que, cuantas más habilidades adquieras interviniendo sobre ti, más probable será que, colateralmente, termines influyendo positivamente sobre tu interlocutor. ¡Vamos a ello!
Barreras comunicativas: definición
Podríamos definir las barreras en la comunicación como: diferentes elementos internos o externos que impiden la interacción eficiente entre dos personas.
Si hacemos un breve listado sobre las principales barreras comunicativas destacaríamos:
- Factores ambientales.
- La carga emocional.
- Actitudes disfuncionales en la comunicación: obcecación, rigidez, distorsiones cognitivas, ataques personales, simplificación, etc.
- Desconsideración hacia nuestro interlocutor.
- Falta de empatía y/o asertividad.
- La necesidad de que nuestro punto de vista sea el que prevalezca.
En otra ocasión nos centrarnos en este tipo de barreras que son más evidentes. Hoy lo haremos en algunas barreras comunicativas más sutiles pero que influyen de forma determinante impidiendo la comunicación eficaz.
Problemas en la comunicación
Antes de adentrarnos en los motivos por los que existen problemas en la comunicación conviene analizar con detenimiento la intención con la que iniciamos una conversación.
Es muy frecuente que haya una discrepancia entre la motivación externa y la interna (motivación más profunda y que a menudo nos ocultamos por considerarla ilegítima).
Esta falta de coherencia es uno de los mayores frenos en la comunicación ya que tu interlocutor la percibirá.
Por ejemplo: imagina que quieres hablar con alguien sobre una pequeña discusión que tuvisteis el día anterior. Quizá tu motivación externa es comunicar tu punto de vista y buscar la forma de lograr que no vuelva a suceder. Pero si tu motivación interna es, en realidad, enseñar a la persona a hacer “bien” las cosas, manipularla o castigarla de algún modo por sus acciones, ¿crees que esto no se percibirá e influirá en el resultado? Piénsalo, es probable que alguien lo haya hecho contigo alguna vez.
Si quieres evitar esta gran barrera en la comunicación, prepara tu conversación anticipadamente y asegúrate de que no hay motivos ocultos que la pongan en riesgo.
Problemas de comunicación en la pareja
Una de las grandes barreras que existen en la comunicación en la pareja tiene que ver con los roles que desempeñamos y desde los que nos comunicamos. Y es precisamente ahí donde pueden surgir los problemas de comunicación en la pareja.
Según el análisis transaccional dentro de las personas existen tres grandes roles (padre-adulto-niño). Aunque, según esta teoría, lo habitual es que uno de ellos sea el dominante es muy posible que en nuestras conversaciones pueda activarse cualquiera de ellos, tanto en nosotros como en los demás.
Imagina una pareja en la que uno de los dos suele estar en el rol “padre”, por ejemplo, dando consejos no solicitados (o directrices), teniendo una actitud condescendiente o paternalista con su pareja, incluso dominante.
La comunicación, cuando una de las dos personas está en rol “padre”, puede suponer una gran barrera en la comunicación de pareja. Veamos tres opciones de respuesta:
- El otro miembro de la pareja podría igualmente adoptar el rol “padre”. En este caso el conflicto estará garantizado ya que, si te paras a pensar en el lo que representa el arquetipo del Padre (educar, asumir responsabilidad sobre el hijo, enseñar, reprobar, sostener, liderar, etc), esto implica que la relación se establecerá desde un plano de superioridad hacia el otro. Por lo tanto ambas personas intentarán tener el control desde la superioridad hacia el otro.
- Si la otra persona activase el rol “hijo” puede que se establezca una relación de dominio-sumisión o de “rebeldía infantil” que impedirá la comunicación sana y eficiente. En este caso la persona asumiría la superioridad del “padre” aunque esto suponga una gran barrera en la comunicación ya que la relación está igualmente desequilibrada.
- En el tercer caso el otro miembro de la pareja puede adoptar el rol “adulto” y poner un límite a la actitud de su pareja confrontándolo sobre su rol “padre”. Para lograr esto es fundamental que ambos puedan reconocer la enorme barrera en la comunicación que supone que los roles no sean los adecuados.
Problemas de comunicación en el trabajo
Al igual que en las relaciones de pareja, en el ámbito profesional también podemos tener grandes barreras de comunicación si los roles no son los adecuados. Te invito a que observes tu rol ante diferentes personas dentro del ámbito laboral (compañeros, superiores, clientes…). Observa también los roles de los demás cuando se relacionan contigo y decide si hay algo que quieras mejorar.
En el trabajo son frecuentes los conflictos de interés y necesitamos habilidades específicas en este tipo de conversaciones para detectar los problemas de comunicación en el trabajo. Revisa tus conversaciones y pregúntate desde qué enfoque las abordas:
- Diálogo
- Debate
- Discusión
Cuando dialogas la intención es el enriquecimiento mutuo a través de exponer los diferentes puntos de vista para llegar a una solución, desde este enfoque el respeto está garantizado.
En el debate la intención es “ganar al oponente” exponiendo los argumentos más convincentes, habitualmente desde el respeto.
En la discusión el objetivo también es ganar pero nos permitimos “jugar sucio”, es decir, somos capaces de atacar y faltar el respeto para conseguir el objetivo. Si la otra persona utiliza el mismo enfoque al final siempre “ganará” la que esté más habituada a discutir ya que la intensidad irá subiendo hasta que una de las dos personas abandone.
Por último, si sueles tener problemas de comunicación en el ámbito laboral relacionada con la incorrecta gestión de conflictos de interés, una buena alternativa puede ser desarrollar la habilidad para negociar o llegar a acuerdos a través de la conocida técnica Ganar-Ganar tal como la expone Stephen R. Covey en su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”.
Ejemplos de barreras en la comunicación
Analicemos ahora algunos ejemplos comunes de barreras en la comunicación y las habilidades que podríamos poner en juego para eliminarlas.
Por supuesto, la comunicación es cosa de dos. Lo ideal es que ambas personas estén dispuestas a eliminar dichas barreras, pero esto no siempre es así. Por lo tanto, vamos a centrarnos en nuestra área de intervención sin intentar controlar la conducta de los demás. Cuidado con tus expectativas al respecto.
- Ejemplo 1: Tienes un hijo adolescente que reclama más libertad. Tu consideras que no la merece por sus conductas inmaduras.
En un caso como este es muy probable que la barrera en la comunicación tenga que ver con la incapacidad que ambos tengáis para entender la perspectiva del otro. Probablemente cada persona estará tan centrada en defender su postura y convencer a la otra que perderemos capacidad de influencia. Si queremos eliminar las barreras en la comunicación en este caso, es importante, en primer lugar, comprender la postura del otro y mostrar esa comprensión sin juzgar, atacar o menospreciar dicha postura. Gestiona tus miedos para que no te impidan comprender a la persona que tienes frente a ti.
- Ejemplo 2: Tu pareja y tu discutís a menudo por el reparto en las tareas domésticas. Sobre todo porque, aunque lleguéis a acuerdos, el día a día y el cansancio hace que alguno de los dos no cumpla sus compromisos o haga las cosas de forma diferente a como el otro espera.
En este tipo de situaciones el problema suele ser que abordamos la situación “en caliente”, es decir, cuando la carga emocional es elevada. Desde ahí es muy complicado comunicarse sin distorsionar la situación (magnificamos, somos más categóricos, más rígidos y catastrofistas). Para eliminar esta barrera es necesario aplazar la conversación hasta que la carga emocional desaparezca y sea posible hablarlo de forma más racional y proactiva. Siempre desde el compromiso mutuo de mejora. Quizá el paso siguiente sería acordar las consecuencias que tendrá el no respetar los compromisos adquiridos.
- Ejemplo 3: Tienes una compañera de trabajo con la que es imposible colaborar ya que, cuando tenéis que coordinaros para ejecutar una tarea en común no te facilita la información necesaria, lo cual te perjudica.
Este tipo de situaciones es frecuente en el entorno laboral. No todos los miembros de un equipo consideran igualmente necesario el flujo adecuado de información. Si eso te perjudica es importante enfocar la conversación para fomentar la comprensión de la otra persona. Pero antes de pedir que comprendan nuestra situación necesitamos entender el “mapa” de la otra persona, es decir, los motivos, las creencias o punto de vista que hace que no considere necesario facilitar esa información. Esto hará que nuestro enfoque de la situación y la forma de manejarla cambie completamente.
Conclusiones sobre las barreras comunicativas
En resumen podríamos decir que el desarrollo correcto de determinadas habilidades sociales puede ser la clave fundamental para eliminar las barreras en la comunicación. Cuando logramos eliminarlas nuestra capacidad de influencia aumenta de forma exponencial.
Si quieres saber más sobre inteligencia emocional, puedes leer nuestro artículo en el que explicamos qué es la gestión emocional
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